La Tierra no es una herencia de nuestros padres, es un préstamo de nuestros hijos.

El año pasado, desde la Dirección General de Medio Ambiente de la Unión Europea me invitaron a participar en el desafío My Green Action que se celebraba en la Green Week (Semana Verde), en la que debía compartir por las redes sociales alguna imagen o ilustración que reflejara acciones cotidianas que podemos llevar a cabo en nuestra vida diaria. En aquella ocasión, compartí 9 acciones ambientales que pueden cambiar el mundo y hacernos más libres y felices (puedes ver aquí)A partir de aquella infografía, algunas asociaciones me escribieron para pedirme si podría hacer alguna infografía sobre acciones que pueden hacer los niños y niñas y también los jóvenes para utilizarlas en las charlas y ponerlas en colegios, institutos y universidades. Así que quería empezar por las cosas que pueden hacer los más pequeños de la casa.

Los adultos independientes tenemos más libertad para llevar a cabo las acciones medioambientales individuales que creemos conveniente, pero los jóvenes y los más pequeños tienen limitaciones en cuanto a autonomía y economía.

Sabemos que los niños de la actualidad son el futuro y tendrán que lidiar con las consecuencias de nuestros actos, por eso es importante que crezcan, por una parte, conscientes de que son parte de la naturaleza, y por otro lado, sabiendo que tienen una responsabilidad incuestionable para con la Tierra desde que ponen el primer pie en este mundo y que, a medida que van creciendo, tienen que ir integrando esas responsabilidades en su vida diaria.

Hay muchísimas cosas que podemos hacer desde muy pequeños, más allá de lo que siempre nos enseñan como cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o apagar la luz cuando salimos de una habitación (que también son muy importantes claro), pero en este post, voy a centrarme en doce gestos que ellos pueden realizar con el apoyo de sus padres. A los niños (como a todos los seres humanos) les gusta sentirse útiles y ponerse objetivos y cumplirlos, enseñarlos a esto, también es una manera de que crezcan con confianza, teniendo aspiraciones y deseos de mejorar y superarse a sí mismos, sin que caigan en la tentación de acomodarse. Igualmente, tengamos siempre muy presente que lo más efectivo es el ejemplo que les damos. Independientemente de si tenemos hijos o no, como adultos tenemos la responsabilidad de ser un buen ejemplo para las generaciones venideras, así que aquí no se libra nadie jeje.

Son gestos aparentemente sencillos pero muy importantes para hacer crecer esa “semilla” que, por naturaleza, ya traen dentro de ellos.

1. Llevar el desayuno al colegio en recipientes reutilizables

A nivel mundial, solo el 9% del plástico que desechamos es reciclado. Dicho de otro modo, el 91% del plástico que tiramos al contenedor, nunca llega a reciclarse, acabando muchos de ellos en el mar y entornos naturales, causando graves daños medioambientales. Hoy en día hay muchos coles que ya tienen como norma que los alumnos lleven su desayuno en recipientes reutilizables para evitar que lleven film plástico, papel de aluminio, tetrabricks de zumos, etc. Se pueden llevar el desayuno en una fiambrera, un wrap, un portabocadillos… No hace falta comprar nada nuevo, si se tienen fiambreras de plástico, aprovecharlas. Mi hijo mayor lleva una fiambrera,  botella pequeña de acero y una servilleta de tela y mi hija pequeña lleva también fiambrera, servilleta de tela y una taza de acero esmaltada como las de toda la vida.

2. Pedir siempre sus bebidas sin pajita

Parece que a los niños les encanta beber su bebida con pajita pero la realidad es que son totalmente innecesarias. Son uno de esos artículos superfluos sin sentido que hacen muchísimo daño al medio ambiente. Se utilizan mil millones de pajitas al día en todo el mundo, con las que se podrían llenar 254 autobuses escolares a diario y es la cuarta basura más común en las playas. Su vida útil es de apenas 20 minutos pero además de que no se reciclan, causan graves daños a la fauna marina. ¿Habéis visto el vídeo de la tortuga a la que le sacan una pajita de la nariz? Es realmente impactante. Igualmente, si les gustan mucho, hay pajitas reutilizables de acero, de bambú, silicona… En el directorio del blog podéis encontrar muchas tiendas de productos zero waste donde las venden.

3. Plantar una semilla en una maceta y ocuparse de cuidarla

La vida en la ciudad hace que nuestra desconexión con la naturaleza sea prácticamente inevitable desde pequeños, por eso es importante que los niños tengan contacto con la tierra lo más a menudo posible. Cuidar de una semilla, ver como crece y florece, no solo le hará sentir paz y alegría sino que mantendrá esa conexión con la naturaleza y le hará entender que formamos parte de ella.

4. Leer mucho

Quizás hay personas que no entiendan la conexión que existe entre la lectura y la sostenibilidad pero la verdad es que, desde mi punto de vista, es uno de los hábitos más sostenibles que hay. De hecho se dice que la educación es el arma más poderosa, porque la ignorancia nos arrebata el poder de nuestra propia vida. Si desde pequeños, los niños leen, aprenden, experimentan, investigan y se cuestionan las cosas, sin duda habrá esperanza de un futuro mejor.

5. Llevar siempre en su mochila una botella rellenable y una bolsa de tela

Crear hábitos sostenibles desde pequeños, como responsabilizarse de llevar su propia botella y bolsita de tela en su mochila, hará que crezcan con estas costumbres con total naturalidad. Si somos los padres quien les llevamos todo, no solo les costará más en el futuro coger el hábito sino que también, les costará más entender porqué hay que hacerlo y les quitaremos la oportunidad de que ellos mismos, con sus actos, contribuyan al cuidado del medioambiente. Además, llevar una pequeña bolsa de tela en la mochila será “una tabla de salvación” para todos aquellos padres despistados a los que se les olvida siempre la bolsa.

6. Pedir celebrar su cumpleaños sin desechables

Seguramente este es el cambio más difícil de llevar a cabo, pero no quería dejar de ponerlo, primero porque es justamente en los cumpleaños donde se utilizan muchos desechables y se produce muchísima basura. Y segundo, porque aunque no podamos celebrar un cumpleaños sin desechables al 100%, siempre podemos reducir en algo. Utilizar platos, vasos y cubiertos reusables, pica pica casero, canapés que puedan cogerse con las manos sin necesidad de usar cubiertos ni platos individuales, zumos y leches vegetales caseras, etc. En la decoración también podemos aprovechar materiales que tengamos por casa y que ellos colaboren en la preparación. Al final, lo más importante es disfrutar.

7. Pasar tiempo en la naturaleza y dedicar un poco de tiempo a limpiar el entorno

Al igual que en el tercer tip, pasar tiempo en la naturaleza nos permite conectar con ella y si además dedicamos unos pocos minutos a recoger algo de basura, muchísimo mejor. Con mi marido y mis hijos, a veces dedicamos un poco de tiempo a recoger basura del lugar por donde estamos paseando o jugando. Aunque para nosotros 3 o 5 minutos sea muy poco, a ellos les permite coger el hábito sin que se les haga pesado, lo vivan como una actividad divertida y necesaria y entiendan la importancia de no ensuciar. Además, en 3 minutos, si se hace como una especie de carrera a ver quien recoge más, se llena la bolsa rápidamente. Nosotros solemos llevar guantes y papel de periódico para hacer una bolsa en un momento.

8. Recordar pedir el helado en cono y sin cucharilla

Es un gesto muy sencillo que ahorra toneladas de basura. Los vasitos de helado hechos de papel con una fina capa de film plástico, no se reciclan, al igual que las cucharillas. Así que lo ideal es que cojan el hábito de pedir su helado en cono y sin cucharilla. ¿Alguien entiende porqué ahora ponen cucharilla en los conos? ¡Es ridículo! De toda la vida se ha sabido que el truco para no mancharse es comerlo rápido.

9. No tirar comida

¿Quién no ha crecido con la frase… ¡la comida no se tira!? Pues eso… no solo en solidaridad con los millones de personas que no tienen qué comer en su día a día sino también como un acto de sostenibilidad ya que el desperdicio de alimentos es el responsable del 8% de la emisión de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global. Cada año, se tira un tercio de la comida que se produce, pero con ella, no solo desperdiciamos comida, también desechamos todos los recursos empleados en su producción y transporte. Por nuestra parte, como padres, sería importante que sirviéramos a los niños la cantidad de comida que más o menos sabemos que se comerán.

10. Aprovechar bien el agua

El agua es un recurso limitado e imprescindible para la vida y es necesario que se aproveche lo máximo posible. Cerrar el grifo mientras se lavan los dientes, poner en la ventana un pequeño recipiente para recoger agua de lluvia y regar las plantas de casa, no dejar correr el agua cuando se lavan las manos o abren el grifo para cualquier otra cosa, recoger el agua de la ducha mientras se calienta, hacer duchas más cortas, no jugar con el agua…

11. Más experiencias y menos juguetes

Hoy en día, los niños tienen muchísimos juguetes y no juegan ni con el 20% de lo que tienen. Los juguetes requieren de muchísima energía y materia prima para su fabricación y es un desperdicio de recursos tener más de lo que se usa. Por el contrario, las experiencias nunca se olvidan y son muy enriquecedoras. En casa, llevamos años que en el día de Navidad solo les regalamos una experiencia, y en el día de Reyes combinamos una experiencia y un juguete, de esta manera, van entendiendo que las experiencias también son regalos que marcan su vida y que no necesitan tantos juguetes. Talleres, cursos, cine, teatro, viajes, rutas, cine, bolos, musicales, etc.

12. Reciclar

Aunque el reciclaje no es una solución al problema actual de las basuras, especialmente del plástico, es importante igualmente que desde pequeños los niños cojan el hábito de separar correctamente los residuos para que no acaben en el vertedero o en el mar, pero sobretodo que poco a poco vayan entendiendo que los recursos son limitados y que lo más importante es reducir la basura para tener que reciclar lo menos posible.

***

 

Y hasta aquí, los doce tips para niños y niñas que quieren cuidar el planeta. Como decía, hay muchas cosas que todos podemos hacer independientemente de la edad que tengamos, todos somos parte de la naturaleza y todos tenemos la responsabilidad de respetarla y no degradarla. Animemos a nuestros niños y niñas a poner en práctica buenos hábitos. No tienen que hacerlo todo de golpe ni a la perfección, es suficiente con empezar con lo que les resulte más sencillo para que poco a poco vayan adaptando su vida a estar en armonía con la naturaleza.

Cuéntame los hábitos sostenibles que aplicáis en casa con los niños o consejos que quieras compartir, ¡me encantará saber!

 

Si necesitas la infografía para imprimir y colgar en colegios, puedes escribirme a ygc@ecoblognonoa.com para enviártela en alta resolución.

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