Exfoliante casero

¿Sabías que tanto los exfoliantes comerciales, las pastas de dientes y geles, entre otros productos de cosmética, contienen micro-plásticos? (además de venir en bote de plástico). Aunque a estas alturas, donde el plástico está presente hasta en la sopa, no creo que te sorprenda.

Estos micro-plásticos terminan acumulándose en el mar junto con otros plásticos y todo tipo de basura, contaminando y acabando con la vida de miles de especies marinas, e instaurándose en la cadena alimenticia. De hecho, y para que te hagas una idea, una sola ducha puede producir 100.000 partículas de plástico que acabarán en el océano.

Hay países, como Reino Unido, que ya se han puesto manos a la obra y han prohibido los micro-plásticos en los cosméticos. Ojalá pronto, esto se convierta en una decisión mundial.

Este exfoliante casero lo llevo utilizando más o menos desde que tenía unos 14 años. Siempre tuve mucha grasa y acné en la cara y los puntos negros y pieles muertas se acumulaban con facilidad. Alguna vez probé un exfoliante comercial pero terminaban caducándose porque nunca fui muy constante en esto de cuidar mi piel, así que decidí hacerme mi propio exfoliante en el momento en que lo necesitara. Fue un gran descubrimiento, era muy joven y me hacía mucha ilusión hacerme mi propia cosmética. Más adelante me animé con mascarillas para la piel y otros productos que ya os iré contando. Los resultados sin duda fueron muchísimo mejores que con exfoliantes comerciales, además de 100% natural y con ingredientes que todos solemos tener por casa. La piel siempre me ha quedado muy limpia y brillante, y a pesar de que mi piel siempre fue grasa, el aceite de oliva me la dejaba perfecta. Tanto me ha gustado que nunca probé otra y ya llevo ¡18 años usándola! Cuánto plástico habré ahorrado al planeta y cuánta salud habré ganado…

INGREDIENTES (para una aplicación)

 1 cucharada de aceite de oliva

1 cucharadita de azúcar (yo utilizo azúcar moreno o panela, pero también puedes usar azúcar blanca).

PREPARACIÓN Y APLICACIÓN

Sólo tienes que mezclar los ingredientes y aplicártelo en la cara y cuerpo con suaves masajes. Si quieres un exfoliador más potente, puedes añadir más cantidad de azúcar. Después lávate la cara con agua tibia y jabón para retirar los restos y termina con agua fría para que se cierren los poros. Sirve para todo tipo de piel y es ¡treméndamente fácil!

Puedes hacer más cantidad y conservarlo durante unos días en un recipiente tapado, aunque como es tan fácil yo siempre lo hago en el momento antes de la ducha.

La cantidad de veces que se aplica un exfoliante, depende de cada piel o cada persona. Yo por ejemplo, no soy muy constante en lo que a cuidados se refiere y puedo pasarme meses sin hacerlo, pero si te gusta cuidarte y además sientes que tu piel lo necesita, puedes aplicártelo 3 veces la primera semana, y después 1 vez por semana.

¡Estoy segura que cuando lo pruebes te encantará!

4 Comentarios

  1. Tania Ramirez

    Me encantó!

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  2. Dana

    Hola! puede ser aceite común? yo suelo hacerlo pero con limón.

    Responder

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